jueves, 19 de noviembre de 2015

6:30 a.m.

_Tome señor. Ahi tiene su cambio.
_Que le vaya muy bien.
_Cuidese mucho.

Este es el saludo que me termina de despertar a tan temprana hora en el Starbucks de Chula Vista, a las afueras de San Diego, en California.

Claro, la atenta empleada es mejicana. Su idioma suena perfecto y anticipa la amabilidad que espero encontrar en Mexico. Todos los ciclistas coinciden en que en ningun lugar de habla española vamos a encontrar tanta amabilidad.

He tenido el atrevimiento de dormir en un rincon discreto al amparo de mi tienda verde y minuscula. Todo un alarde en un estado en que hasta el aire cumple con estrictas normas de circulacion.

Disfrruto de mi cafe absorto en la agitacion de estas tempranas horas. Esta cadena de cafeterias es un hogar para los ciclistas: abre muchas horas, tiene siempre wifi libre, baños impecables y nadie se fija en ti.

Ni siquiera son las 7. Me cuido.